El Samguk Yusa o la Memorabilia de los Tres Reinos es una colección de leyendas, cuentos y relatos históricos relacionados con los Tres Reinos de Corea en el que se encuentran muchas leyendas y mitos coreanos. De esta colección, hemos recopilado algunas de las historias de deidades que os pueden resultar muy entretenidas. A través de ellas podréis conocer muchas de las costumbres y supersticiones que nacieron en Corea a raíz de estas historias que, antaño, se creía que eran reales.
Comúnmente los Sanshin son dioses locales de montaña en el chamanismo coreano. Generalmente se representaba como una figura masculina mayor rodeada de tigres. Era considerado como el de más alto nivel entre los espíritus. Como la península coreana mayoritariamente es muy montañosa, Sanshin fue el objeto de adoración y culto más importante entre los coreanos en la antigüedad. Desde Gojoseon (a.C. 2332) hasta Joseon (1392-1910), era culto religioso y era costumbre que el gobierno preparara rituales dedicados a Sanshin. En las pinturas, Sanshin aparece con tigres y chicos. Las pinturas de Sanshin aún aparecen en los templos en las montañas coreanas.
Munshin es el dios de la entrada en el chamanismo coreano. El culto a Munshin era más fuerte en la isla de Jeju, donde era una de las deidades más adoradas. En la isla de Jeju, se consideraba que Munshin protegía toda la casa, ya que la puerta siempre era necesaria para entrar a la casa. Por lo tanto, Munshin era adorado con devoción hasta el punto de que se hizo el proverbio «No hay construcción que Munshin no conozca». Como este proverbio, los isleños de Jeju le “contaban” todo lo que sucedía en casa a Munshin.
El ritual de Munshin se llamaba Munjeonje y se llevaba a cabo en enero lunar, pero si enero no estaba disponible, el ritual podría realizarse en marzo lunar. En el Munjeonje, el chamán sacrificaba un gallo, rociaba la puerta con su sangre y enterraba la cabeza en la puerta.
Teojushin es la diosa patrona del terreno en el que se construye la casa en el culto Gashin de Corea. También es conocida como Jishin, o «diosa de la tierra».
Se creía que Teojushin encarnaba una olla con arroz, guisantes o frijoles rojos. Luego se enterró la maceta o se colocó en las esquinas del patio trasero o en el jangdokdae, un área abierta que contiene jangdok. La olla estaba cubierta con un paraguas en forma de cono tejido de tallos de arroz. Los granos dentro de la olla se reemplazaban cada año, y la familia hacía tteok, o pasteles de arroz, con ellos. Los pasteles de arroz nunca fueron compartidos; esto se debe a que los tteoks representaban la suerte y a la creencia de que Teojushin era una diosa codiciosa.
En la historia, reemplaza a la mujer de un hombre al que había dejado ciego para poder engañarle haciéndose pasar por su esposa. Cuando llega a casa con ella, los hijos se dan cuenta de que no es su madre así que los intenta matar, pero como no sale bien su plan se frustra y se ahorca en el baño. A partir de entonces, a la mujer a quien reemplaza resucita y se convierte en Jowangshin, la deidad de la cocina, el hogar y el fuego. Y Cheuksin – llamada Noiljadae en la historia- se convierte en la diosa del baño, conocida por su ferocidad, su hostilidad y su odio hacia los niños.
Un montón de supersticiones emergen a raíz de esta leyenda: los incidentes relacionados con el baño se consideraban como ataques de las fuerzas del mal, y se consideraba mala suerte el hacer el baño al lado de la cocina, o hacer que la puerta del baño mirara a la cocina. En realidad, era porque hacía mal olor y era antihigiénico, pero lo achacaban a la leyenda.
Se creía que la deidad del baño parecía una joven virgen con cabello de 150cm de largo y que estaba enfadada porque las otras diosas no le dejaban salir del baño así que se pasaba el rato contándose todos los pelos.
También pensaban que se aparecía en los tres días que contenían el número seis así que los coreanos evitaban usar el váter durante el día 6, 16 y 26 para no enfadarla. Por lo tanto, los coreanos realizaban jesas, o rituales, en los días sexto, decimosexto y vigésimo sexto del calendario lunar, o cuando un zapato o un niño caían en el retrete. Las jesas también se le consagraban cuando un cerdo contraía una enfermedad y moría, cuando una profecía advertía sobre la ira de la diosa o cuando se construía el váter.
En las jesas dedicadas a ella, le ofrecían un Ttongtteok, donde ponían todos los ingredientes posibles dentro de un Ttongtteok –“pastel de caca” hecho de arroz no glutinoso y otros ingredientes.
Se la consideraba la más peligrosa de los Gashin; se creía que despreciaba a los niños y los arrojaba al retrete. Cuando los niños caían dentro, se creía que morirían antes de alcanzar la madurez a menos que se hiciera un jesa para apaciguar a la diosa.
Además, si alguien entraba a la letrina sin toser tres veces, se creía que usaba su pelo largo para atacar al intruso. Cuando su pelo tocaba la piel del que había entrado en el baño sin toser tres veces, el intruso se enfermaba y moría. Debido a esta leyenda, en Corea era tabú llevar algo del baño a la cocina y viceversa. También se creía que encarnaba una tira de tela o papel blanco colgada en el techo de la letrina.
Anabel Guardia estudió derecho en la Universidad de Barcelona y es directora del Centro de Estudios Orientales Portal Asia. Su creciente interés por el derecho coreano nos trae artículos imprescindibles para entender la vida en Corea del Sur y las normas que la rigen. Actualmente está doctorando y colaborando activamente en varios proyectos relacionados con la cultura coreana.
Por primera vez gracias al equipo de SOK Ent podremos disfrutar de la rapera Jessi en España durante su segunda...
Read more