A partir de este mes, enero del 2021, el Aborto es legal en Corea del Sur. No se trata de una decisión que haya tomado todo el país con un referendum, sino que ha sido puesta en marcha gracias a una orden que ha dado el Tribunal Constitucional coreano.
Atención
Este artículo es meramente informativo, tiene como única finalidad compartir e informar sobre un cambio tan importante en la sociedad como es la legalización del Aborto en Corea

Como seguramente ya sabéis, las constituciones de cada país recogen una serie de valores bajo los que actúa el país. Las leyes aprobadas en cada país tienen que estar en armonía con sus constituciones. Si alguna norma no está acorde con esos valores, esa norma es “inconstitucional” y tienen que eliminarla o modificarla.
Para hacer que elimine o modifique, tal petición es llevada ante un órgano que se llama Tribunal Constitucional. Además, el tribunal constitucional vela por que todas las normas estén en concordancia con los derechos de los ciudadanos, ya que tales derechos son reconocidos en la constitución. Como es el caso de los derechos de la comunidad LGTBI de los que te hablábamos hace un tiempo.

Por este motivo que, con el paso del tiempo, a medida que la sociedad avanza pide que protejan mejor sus derechos fundamentales y hagan modificaciones de ciertas leyes que pueden llevara operando toda la vida en el país. Y esto es exactamente lo que ha pasado con la ley que penalizaba el aborto en Corea.
En 1956 era impensable abortar en Corea del Sur. Cualquier tipo de aborto, ya fuera porque el feto está malformado, fuera fruto de una violación o sencillamente el embarazo no fuera voluntario; era penalizado con dos años de cárcel, junto con la humillación de la sociedad coreana que respalda un pensamiento tradicional. El cual que sigue siendo tangible hoy en día a pesar de los cambios legales.
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En 1973 se hizo el primer cambio sobre la ley del aborto en Corea. Se aprobó la Ley de Salud Maternal e Infantil, la cual permitía a las mujeres abortar solamente en el caso de que ella o su pareja padecieran enfermedades genéticas o infecciosas, si el embarazo fue producto de violación o por incesto o si pone la vida de la madre en peligro.
Si un médico practicaba un aborto que fuera ajeno a estas razones, se arriesgaba a acabar dos años en la cárcel. En cuanto a los abortos autoinducidos, no sólo eran también ilegales, además son castigados mediante una multa o el encarcelamiento.
¿Significa esto que hasta ahora no ha habido cualquier tipo de aborto en Corea del Sur?
Ni mucho menos. Ya fuera de forma autoinducida, en clínicas privadas o en el extranjero, el aborto se ha ido generalizando a pesar de la penalización. Abortar costaba unos mil euros en clínicas privadas aproximadamente. La ley antiaborto no se imponía con severidad, en parte debido a las campañas sobre las altas tasas de natalidad en el país durante los años setenta y ochenta.

Más adelante, en el 2017, los activistas que luchaban a favor de los derechos de la mujer, presentaron la petición de la modificación de la ley para que fuera aprobado el uso de la píldora del día de después. El presidente respondió bastante rápido – el mismo año- y anunció que la ley iba a ser nuevamente modificada.
En el 2018, el tribunal constitucional coreano abrió el debate sobre si la ley antiaborto era constitucional o no. Finalmente, en el 2019, aprobaron la nueva Ley del aborto donde esta práctica no sería penalizada. Esta ley no se aprobó con carácter inmediato, sino que tendría efectos a partir del 1 de enero de este mismo año.
A pesar del gran avance legal que ha hecho Corea del Sur, no todos están contentos con estos cambios. En general, la mayoría de las familias aún son muy tradicionales, y aunque ya no existe el peligro de acabar en la cárcel por acabar con un embarazo no deseado, la presión familiar de sentirse “marcada” ,es un peso psicológico que aún existe en la cultura coreana.
Desde Coreacultura felicitamos al Tribunal Constitucional coreano por este inmenso paso hacia el reconocimiento de los derechos fundamentales de la mujer y compartimos la alegría de que por fin la mujer coreana pueda tomar una decisión tan dura sin miedo a represalias.
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