VUELVE EL GRAN FENÓMENO
En esta nueva adaptación de la aclamada serie española “La casa de papel” traída de nuevo de la mano de Netflix, podemos ver como se desarrolla en un país del Asia Oriental, en Corea.

Tras el gran fenómeno de masas en el que se convirtió la versión española, estos gigantes de la pantalla tampoco se quisieron quedar atrás y a finales de 2020 nos sorprendieron a todos con la noticia de que la serie tendría un remake coreano, lo cual causó que los ojos de todo el mundo se pusieran sobre este.
Elenco de personajes:
- Profesor (Yoo Jitae)
- Berlín (Park Haesoo)
- Tokio (Jeon Jongseo)
- Río (Lee Hyunwoo)
- Denver (Kim Jihoon)
- Nairobi (Jang Yoonju)
- Moscow (Lee Wonjong)
- Helsinki (Kim Jihoon)
- Oslo (Lee Gyooho)
- La policía Woojin (Kim Yunjin)
- El jefe Youngmin (Park Myunghoon)
- La secretaria Miseon (Lee Joobin)
- La estudiante Anne Kim (Lee Siwoo)










Nuestros protagonistas llevarán a cabo el atraco más grande de la historia en la casa de la moneda del Área Económica Conjunta tras la reunificación.

Diferencias con la versión original
Y aunque la historia en sí es la misma, sí que podemos apreciar pequeños (y no tan pequeños) cambios que hacen que nos podamos adentrar mucho mejor en esta nueva adaptación, dándonos contexto sobre la situación del país y el pasado de los personajes para que podamos entender todo lo que hay detrás de este gran robo.
El principal cambio incluso con la realidad actual del país, y lo cual sorprendió a todos los espectadores, fue la unificación de Corea del Sur y Corea del Norte, países que desde 1945 llevan separados y en una guerra política. Por esto mismo, esta nueva adaptación de la historia cuenta con una importancia geopolítica local de Corea muy importante, ya que tras la unión del país, las diferencias de clases se ven cada vez más separadas, haciendo a los ricos más ricos y a los pobres mucho más pobres.
Las máscaras Hahoe
Algo que también ha llamado mucho la atención del público, ha sido el cambio en las máscaras de nuestros protagonistas. En esta ocasión, ya no veremos al pintor catalán Dalí acompañar a nuestros atracadores más, en cambio, tenemos las máscaras Hahoe, lo cual sería el equivalente a la crítica social que representan en Corea.
Estas nuevas máscaras nos llevan de vuelta al siglo XII, donde se comenzó la tradición de “La danza de las máscaras”, reconocida actualmente como Patrimonio Cultural Intangible. Esta curiosa tradición nació en el pueblo de Hahoe, en Andong, al este del país, donde se llevaba a cabo con máscaras hechas de madera de aliso y cáscaras de frutas cubiertas con hanji (papel tradicional coreano). Con ellas buscaban representar diferentes emociones y pensamientos de diversas realidades. Además, se cree que los primeros usos que tuvieron estas máscaras fueron para acercarse a los animales durante la caza.
