En los artículos anteriores sobre este estudio hablamos de la evolución de la ola coreana y la imagen de la mujer contemporánea. Ahora vamos a centrarnos en las mujeres dentro de la industria del entretenimiento.
LA MUJER COREANA EN LA CULTURA POP DE COREA
En este apartado, nos enfocaremos en la imagen de las mujeres coreanas contemporáneas que participan en la industria del kpop y la actuación, los temas más difundidos a través del hallyu.
En la industria del entretenimiento mundial se ha dado espacio a una imagen de mujer bastante idealizada y determinada. Estas deben cumplir con un ideal de belleza específico, además de cumplir los requerimientos artísticos necesarios. Podemos destacar el proceso de occidentalización en el cual las mujeres buscan características de belleza que sobresalen en occidente como los ojos almendrados. Sin embargo, encontramos otras características propias de la belleza oriental como, por ejemplo, la piel clara o cuerpos muy delgados. Todo esto, ha provocado una valorización falsa de la mujer y una representación de ella que solo busca satisfacer al público.


La industria del entretenimiento coreana no es la excepción y en el kpop es donde podemos encontrar el mejor ejemplo de ello. El kpop es el motor del hallyu. No solo hablamos del nivel económico que este otorga a Corea, sino que, gracias a este género musical, Corea ha aumentado su fama siendo el kpop la faceta más representativa de corea mundialmente.
La industria del entretenimiento que se promueve a través de la cultura hallyu ha permitido que muchas mujeres jóvenes se hayan adentrado en este sector y que accedan a recursos económicos mayores al ingreso promedio de las mujeres, pero esto no les garantizas, en la mayoría de los casos, la independencia de decidir sobre su propia vida. Algunas empresas de kpop ofrecen condiciones mínimas y pésimas para sus artistas como, por ejemplo, los llamados “contratos de esclavos”, los cuales atan a sus estrellas a largos y exclusivos acuerdos, con un bajo control de ganancias. Sin mencionar toda la normativa que las idols deben de seguir como podemos ver en el grupo de RAINBOW.

Las mujeres que participan en esta industria son reclutadas cuando apenas comienzan la adolescencia. Las agencias mayoritarias en Corea, como SM entertainment, YG entertainment y JYP entertainment, han establecido el llamado total management strategy, según reporta el servicio de información de cultura coreana, el cual integra todas las áreas del proceso de creación de ídolos, el descubrimiento, el apoyo y la promoción de las estrellas. Además de la promoción y mercadotecnia de la música, las composiciones, los arreglos, las coreografías y la coordinación de la moda, todo está planeado y operado bajo un sistema de manejo integrado.
Una vez son seleccionadas, las idols deben someterse a intensas jornadas de entrenamiento en canto, baile, actuación, actividades para modelar, ejercicios de lenguas extranjeras y actividad para mantener un cuerpo delgado y perfecto. Además, son obligadas a llevar a cabo acciones en contra de su voluntad como, por ejemplo, las cirugías estéticas. Las artistas deben tener el llamado look “grano de arroz”. Todo esto para cumplir el estándar ideal de la industria del entretenimiento.

Además de la disponibilidad de tiempo y espacio total, el comportamiento controlado bajo perfiles específicos, dependiendo del perfil del grupo o estilo al que pertenecen, los bajos salarios en comparación con los ingresos que las compañías obtienen por la comercialización de su música y su imagen, son sólo algunos de los otros puntos que nos obligan a reflexionar sobre el papel de las mujeres dentro de la ya bien afamada cultura pop coreana.

Probablemente uno de los casos que más controversia causó respecto a esta rentable industria es el caso de una joven cantante coreana, Jang Ja-Yeon, quien decidió quitarse la vida en el año 2009. En su carta póstuma expuso a una industria del entretenimiento coreana especialmente abusiva hacia las mujeres, en ella explicaba cómo su manager “la obligaba a tener sexo con los altos mandos de la industria, directores, ejecutivos etc. También menciona cómo la llevaban a viajes en otros países donde, al ser presentada con clientes, fue invitada al bar y a aceptar una petición para tener relaciones sexuales. Aunque esto sucedió en el año 2009, poco ha cambiado en la industria del entretenimiento coreana.

Otro de los casos más recientes que podrían revelar la presión a la que las idols femeninas están sometidas en el mundo del kpop es el de la actriz Sulli, quien fue encontrada muerta a sus 25 años debido a un suicidio. Sulli debutó en 2005 con tan solo 11 años de edad y se introdujo en el mundo de la música en 2009 como integrante de la banda f(x). En 2015, Sulli publicó varias fotos sin sostén en sus redes, las cuales causaron gran asombro entre sus seguidores. Desde entonces, Sulli comenzó a recibir una gran cantidad de ciberacoso, el cual llegó a causar que la cantante y actriz se suicidara. Su empresa no hizo nada al respecto aun sabiendo por lo que ella estaba pasando.
Desde 1990, decenas de actrices se han suicidado por el estrés que se genera en Corea. Las repercusiones del suicidio de Jang detonaron una investigación del gobierno federal sobre los “contratos esclavos”, en los cuales jóvenes talentos, principalmente mujeres, eran atadas a contratos exclusivos por sus agentes, exigiéndoles trabajar por largas horas por un pago bajo, recibir cirugías estéticas no deseadas y, en el caso de Jang, a prostituirse.
El movimiento feminista también ha intervenido dentro del kpop, pues cada vez son más las idols que se atreven a romper los estándares de belleza del país, los roles de género y la idea tradicional de la masculinidad.


Bajo este contexto es mandatorio exponer el caso de las mujeres coreanas en el hallyu desde una perspectiva de género que permita reconocer y evidenciar la inequidad en la cual la mujer coreana se desarrolla en ese contexto de abusos. Esto es sumamente contradictorio con el discurso que el mismo hallyu promueve, porque su fin es situar a Corea en el escenario internacional como un país en desarrollo que se esmera en tener una imagen impecable para su inserción en el mercado económico y político mundial, aun cuando existen casos que no son coherentes en temas básicos como los derechos humanos o la equidad de género. Aunque la imagen de estas mujeres que se proyecta y se difunde como la forma ideal de ser mujer en su sociedad y en otras sociedades del mundo, el proceso en el que “se crea esta imagen” es, en muchos casos, devastador y contrario a los discursos de equidad de género en la sociedad coreana contemporánea.
Claramente, en todo este proceso, se produce un conflicto. ¿Creéis que entre las empresas y los idols se puede llegar a un acuerdo donde se cumplan las necesidades de ambas partes a través de la mediación y negociación?
El ejemplo que tomamos para este estudio nos muestra que, en la sociedad coreana contemporánea y específicamente en el caso de la industria del entretenimiento a partir del cual se crea la cultura pop de la Corea contemporánea, el papel de la mujer está lleno de desigualdad, abuso, subordinación y sumisión en ese ámbito en que se desarrolla.
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Si quieres ver el estudio que hicimos en España sobre la mujer en la industria del Kpop puedes leerlo a continuación: