Proseguimos con la serie de artículos sobre Fábulas y leyendas coreanas. En nuestro tercer artículo, os recomendamos leyendas centradas en la bondad y humanidad.
EL FANTASMA AGRADECIDO
Durante la Dinastía Goryo (918-1392), un erudito partió hacia Seúl para realizar el examen de funcionario. Durante su viaje, un día escuchó un extraño estornudo, pero no encontró a nadie en el camino.
Bajó de su caballo y esperó escuchando atentamente hasta que volvió a escucharlo. Provenía de las raíces de un árbol cercano. Cavó alrededor y se encontró con un cráneo lleno de tierra. Supuso que los estornudos provenían del espíritu de aquel cadáver, ya que tenía las fosas nasales llenas de tierra.
El erudito se tomó el tiempo suficiente para lavar el cráneo con agua fresca y volver a enterrarlo protegido, así como de preparar un altar improvisado y de ofrecerle un sacrificio
Esa misma noche, el erudito tuvo un sueño en el cual el espíritu de aquel cráneo se le aparecía y le agradecía toda su amabilidad.
Como recompensa, el espíritu le dijo cuál sería el tema del examen, unas estrofas sobre “Cumbres y Agujas de las Nubes de Verano”. El espíritu le dijo cuál era la respuesta perfecta.
Un sol blanco cabalga por el cielo
elevada cumbre de nubes y anhelo;
el monje duda: ¿hay un templo allá arriba?
y la grulla lo medita, pensativa.
Los relámpagos son reflejos en las ventanas,
y los truenos, un repique de campanas.
¿Dices que las montañas no se mueven?
En el ocaso navegan donde la brisa los lleve.
El candidato, llegó al examen y exactamente ese era el tema. Lo rellenó como le indicó el espíritu y obtuvo el primer puesto en el examen.
La bondad, puede ayudarnos en ocasiones que nunca esperamos.
Si te están gustando las fábulas, echa un vistazo a:

A QUIEN EL REY HONRA
En la época del Rey Sejong, hubo unos estudiantes de la Universidad Confuciana que prepararon un picnic por el Festival de Primavera. Uno de los estudiantes, ignorado por el resto, era un muchacho de modales brutos, proveniente de una pequeña aldea. Estaba solo mientras el resto de estudiantes celebraba, pues todos los estudiantes evitaban estar junto a él solamente por su proveniencia. El chico se dio cuenta de que el templo sagrado estaba solo, por lo que decidió marchar a las puertas del templo para vigilarlo.
Uno de los sirvientes del rey vio al muchacho haciendo guardia solo, por lo que informó a su rey y éste envió a llamar de inmediata al chico.
Cuando el rey le preguntó porqué estaba sólo vigilando el templo en lugar de disfrutar de la celebración junto a sus compañeros, éste le respondió que no veía bien que el templo estuviese solo y desprotegido.
El rey al ver las razones del estudiante, decidió nombrarlo graduado especial. Le dio un diploma, una corona de flores y envió a sus sirvientes junto a él tocando las flautas.
Volvieron a la celebración de los estudiantes y todos ellos se quedaron asombrados y consternados al descubrir quién era el muchacho alabado por los propios sirvientes del rey.
Sin embargo, el recién graduado se sintió feliz por aquella hazaña durante años. Y poco a poco se convirtió en un hombre importante y famoso.
A veces, la fortuna ayuda a aquellos que más se lo merecen.
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