Basada en un caso real, Memories of Murder nos cuenta la investigación policial que se lleva a cabo en un pequeño pueblo de Corea donde se han sucedido una serie de crímenes. La policía se ve superada y llega un nuevo investigador desde Seúl para intentar resolver el caso.
¿Hasta dónde llegarías para descubrir la verdad?
La película parte de un caso real que ocurrió en un pueblo de Corea del Sur, cerca de Seúl, en los años ochenta. Una serie de asesinatos con violaciones tienen lugar en el pueblo y la policía se ve totalmente sobrepasada. Es en este punto que un detective llega desde la capital porque pide él mismo el caso. Vemos a partir de aquí, dos maneras completamente diferentes de trabajar y de ser, representadas en los dos protagonistas de la película. Por un lado, el policía rural, un hombre pagado de sí mismo, que representa la simpleza. Por otro, tenemos al policía llegado de Seúl, el cual transmite los valores de la calma y la investigación minuciosa.
Observamos por tanto dos mundos enfrentados constantemente, el moderno y el tradicional. Dos referentes que purgan a su manera por llevar el control de la investigación y alzarse con el culpable. Pero sin duda la película nos arrastra a una vorágine de frustraciones cuando ni una ni otra dan resultados. Esto nos transporta totalmente de una ficción a una realidad palpable. Y es que ese es el punto fuerte de la película, la realidad que transmite en todo.
Para lograr esto, la película se sustenta en sus dos protagonistas los cuales asumen el peso de la trama desde dos enfoques completamente opuestos, lo que engrandece la narrativa.
Desde la perspectiva rural tenemos a Park Doo Man. Un policía que se adentra por primera vez en un caso de esta envergadura, ya que en un pueblo como en el que él vive, nunca ocurre realmente nada. Vemos que no le importa realmente las maneras de lograr encontrar al culpable, sino simplemente encontrar un cabeza de turco para zanjar el tema y poder continuar con su vida. Pero lo rico del personaje es como va evolucionando.
El otro protagonista es Seo Tae Yoon. Un hombre mucho más culto, que ha estudiado en la universidad y cree en la investigación minuciosa. Desaprueba completamente las torturas que su compañero no duda en usar para que los sospechosos asuman que han sido los culpables cuando realmente no lo son. Pero, al igual que pasa con Park Doo Man, su evolución va cayendo en una espiral de desesperación a medida que el caso se estanca. Por tanto es una película claramente de personajes, donde la evolución y transformación de los mismos, es el eje central.
Una película dura y frustrante que disfrutas desde el primer segundo hasta el último.
Uno de los puntos más importantes es la denuncia que hace claramente el director sobre la policía de la época y de sus métodos de trabajo. Enmarcada en plena dictadura militar, la policía no duda ni un segundo en usar la violencia, la manipulación de pruebas y un sinfín de actos que nos resultan aberrantes en los cuerpos de seguridad, para lograr el objetivo de dar caza al asesino. Además la falta de medios dificulta mucho la investigación, tanto la real como la de la propia película, creando multitud de tensiones y frustraciones en el espectador.
El tratamiento de la imagen en esta película también es espectacular. La fotografía está muy cuidada, reflejando la crudeza del campo y los entornos áridos y difíciles del lugar, un gran símil con lo que nos espera en toda la película. Los planos son espectaculares y el director no repara en mostrarnos a las víctimas en ningún momento. Además los planos en cámara lenta hacia el final del film, llenos de dramatismo son todo un acierto. Si bien es cierto que no tiene unas grandes escenas de acción hay una persecución muy bien llevada a cabo y que mantiene al espectador pegado a la pantalla en todo momento.
La narrativa tiene un ritmo ascendente durante toda la película. Comienza con un ritmo pausado, mezclando en algunos momentos el humor propio de las películas coreanas, pero poco a poco la atmósfera se torna tensa. Una preparación para el final apoteósico que tiene la cinta, la cual refleja muy bien la realidad y que nos deja con una gran reflexión como punto y final.Como conclusión, Memories of murder es una película que no pasa indiferente por la mente de ningún espectador. Una cinta que crea sentimientos muy profundos en nosotros y que nos transportará a la crudeza humana más real. Una película básica para todos los amantes del séptimo arte.
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