¡Corre, papá, corre!
En CoreaCultura ya reseñamos la obra Por favor, cuida de mamá de Shin Kyung-sook, un relato desgarrador sobre los cuidados y sacrificios que una madre dedica a lo largo de su vida a la familia, y que solo son valorados cuando ésta se pierde en una multitudinaria estación de metro de Seúl. Hoy hablamos de ¡Corre, papá, corre! de Kim Ae-ran, una obra de temática diametralmente opuesta: una antología de relatos sobre todas las incógnitas que deja detrás un padre ausente.
Mi padre se fue a correr. Decidí creerme eso. No se fue a la guerra, ni con otra mujer, ni a instalar tuberías subterráneas de petróleo a un desierto. Decidí pensar que simplemente se le olvidó el reloj al salir de casa.
En los relatos de ¡Corre, papá, corre! habitan muchos tipos de figuras paternas; desde el padre que se va a correr para no volver, el que aparece sin previo aviso con una bolsa de mandarinas, el que comete abusos innombrables, hasta el que se muestra fugazmente en un acuario como si fuera un reflejo del agua. Pero la autora va más allá y sus historias también hablan de precariedad laboral, falta de vivienda, la soledad y la producción literaria. Todos los relatos se encuentran enmarcados en un universo simbólico propio, algunos de corte realista, otros más parecidos a un monólogo interior y el último, que cierra la antología con un tono más cercano al terror psicológico. Al contrario que su generación anterior, Kim Ae-ran no escribe sobre heridas de guerra, sino sobre espacios, cuestiones y relaciones cotidianas.
Kim Ae-ran nació en Incheon, República de Corea, en 1980 y es graduada en dramaturgia por la Escuela de Teatro de la Universidad Nacional Coreana. En 2002 debutó al ganar la primera edición del premio literario Daesan para estudiantes y en 2005 recibió el Daesan Creative Grant. Es autora de varias novelas cortas y libros de cuentos. ¡Corre, papá, corre! ha sido traducido entre otros idiomas al francés, al alemán, al ruso y al chino. Kim Ae-ran es una joven autora de mucho prestigio en Corea y poco a poco se empieza a conocer su extraordinario talento narrativo más allá de las fronteras de su país.
Hace mucho tiempo, había una farola muy vieja delante de nuestra casa. Como llevaba ahí tanto tiempo, la farola lo sabía todo; parecía una persona. Yo, sentado al lado de la ventana, imaginaba el movimiento que la farola hacía en torno al mundo, formando un círculo más grande que la propia Tierra. Entre el diámetro de la Tierra y el del círculo que dibujaba la punta superior de la farola, se creaba el espacio donde vive la gente…Gente como mi padre, mi hermano o yo.
Gracias a Godall Edicions y la excelente traducción de Mihwa Jo Jeong y Estefanía Robles Serrano, ahora podemos disfrutar de ¡Corre, papá corre! en español y en catalán, presentándose en el catálogo de obras coreanas traducidas como una antología fundamental para un mayor acercamiento a la sociedad actual de Corea y su magnífica literatura contemporánea.
Elena Carmona tiene 20 años y cursa el Grado de Estudios de Asia y África en la UAM. Es una ávida lectora de literatura coreana y japonesa.
Por primera vez gracias al equipo de SOK Ent podremos disfrutar de la rapera Jessi en España durante su segunda...
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